Danzas
Los orígenes de esta danza están en el trabajo de los esclavos negros en las haciendas coloniales de Huánuco, y en ella se recuerda el ritmo de las faenas agrícolas y el esplendor de las pasadas épocas virreinales.
La danza de los Negritos constituye un original documento coreográfico representativo de la alegría por la libertad y la emancipación.
Los hacendados dejaban temporalmente en libertad a sus esclavos desde el 24 de diciembre hasta el 6 de enero; en ese periodo estos festejaban y holgaban a sus anchas.
En algún momento empezaron a vestir los trajes de gala viejos de sus amos, para visitar los templos y nacimientos y adorar al Niño Jesús con bailes y cantos. Así se fue originando la costumbre de contar, en todas las Navidades, con los negritos como número obligado.
La danza es iniciada por dos negros llamados "caporales", quienes señalan a los demás los pasos a seguir, muy parecidos a al trabajo en los campos.
Estos caporales visten trajes de terciopelo oscuro, bordados con hilos de oro y plata, cuentas de cristal y lentejuelas; llevan en el pecho adornos y en los hombros charreteras doradas. Usan también sombreros adornados con plumas de vivos tonos y cascabeles en las piernas. Además llevan relucientes que remedan rostros de mendigos cubren sus propios rasgos, mientras llevan el compás de la música con sonoras campanillas unidas a gruesos chicotillos.
Otro personaje importante es el viejo hidalgo, también conocido como "corrochano", quien, caracterizado con una máscara de viejo hidalgo español (semejante a las máscaras de la "choguinada" jaujina) y larguísima barba, agita una matraca y un látigo, asustando a los niños.
Otro personaje, con careta blanca, enarbola una bandera en la que se entrecruzan los colores nacionales del Perú y Argentina, representando la acción conjunta de ambos pueblos en la gesta de la emancipación: es el "abanderado". Este personaje se desplaza en torno a los danzarines, como una figura tutelar.
Los negritos se convirtieron en espectáculo indispensable para el pueblo. Si alguien mandaba decir misa en homenaje al Niño Jesús, era obligatorio contratar a los negritos para que bailasen en la puerta del templo. El "mayordomo" era el encargado de contratar a los negritos, encargándose de vestirlos, alimentarlos y hasta de pagarles para que bailasen, y si el número de negros no era suficiente, incluía en la cuadrilla a indios o a criollos pobres, a quienes disfrazaba con la máscara de cuero negro que en la actualidad usan todos los bailarines.
También es importante el carnaval, que se celebra con varios días de fiesta, comenzando el juego con agua el día 20 de febrero, día de San Sebastián. Se realiza la entrada triunfal de don Calixto, rey del carnaval de la ciudad, precedido por correo y bando. El primer jueves siguiente se dedica a "los compadres" y el subsiguiente a "las comadres". El jueves es también el día del halado, colocación y corte de árboles para la "yunza", troncos decorados con pañuelos, canastillas o serpentinas, alrededor de los cuales se danza al compás de la popular cashua y de las mulizas huanuqueñas.
Otras danzas del departamento son el tuy tuy, típica de Llata, en la que participan de cuatro a seis personas disfrazadas, con pantalón negro, paño al hombro y cascabales en los pies; inca, que se practica el 30 de agosto y cuyos danzantes visten terno plomo o azul marino con capa bordada en colores y corona de plata; huancas, con 3 o 4 hombres enmascarados, con pantalón y saco de diferentes colores, en la mano derecha llevan un barrote o lloqui, y en la izquierda un broquel de madera como escudo; mama rayhuana o aymardanza, típica de Ambo, se baila en las fiestas patronales, especialmente en la fiesta del Socorro (15 de agosto), que coincide con el aniversario del departamento. Una cuadrilla de rayhuana consta de 64 danzantes de ambos sexos más los siguientes personajes: dos auquillos, una "capitana", un "cóndor mayor" y otro menor; un zorro, seis gorriones machos y seis hembras, (representados por niños), y un "venado" o lliwchu (niño que lleva una pequeña taqlla o arado de pie).
Los trajes de los danzarines están íntegramente recamados con monedas, que originalmente eran de oro y plata y actualmente son de metales ordinarios.
Tradiciones
La Bella Durmiente
Esta hermosa leyenda intenta explicar el origen de la formación montañosa que parece cuidar la entrada de Tingo María, identificándola como la princesa Nunash, convertida en piedra para acompañar por siempre a su amado, convertido a su vez en el "Pillco Mozo".
En el valle de Huánuco la leyenda dice que el joven Cunyacg se enamoró de la princesa del valle del Pillco, Nunash, siendo tan grande su amor que, desafiando a la oposición del padre de ella, se instalaron en un lugar cercano a Pachas, donde Cunyacg levantó un palacio y bautizó la zona con el nombre de Nunash en homenaje a su amada.
El padre de la joven, el curaca Achapari Yunquilli Tópac, envió a un gran ejército comandado por el terrible Amaru, monstruo en forma de serpiente alada, para rescatar a Nunash,que estaba destinada a ser la esposa del mejor de los guerreros de su padre.
Al ver al gran ejército acercarse, Cunyacg ordenó a Nunash que huyera y avisara a sus guerreros para que se le unieran en la resistencia; ella salió a cumplir con su misión, mientras él esperaba a las tropas del curaca dispuesto a morir antes que separarse de su amada.
Sin embargo, cuando vio al enorme y poderoso Amaru al frente del contingente de guerreros, sintió miedo e intentó huir. El Amaru entonces, al ver que el mozo corría, lo convirtió en piedra.
Antes de petrificarse completamente, Cunyacg ordenó a Nunash que huyera a la selva para librarse de la cólera de su padre; al oír esto, el Amaru se dirigió volando a la selva y, cuando descubrió a la princesa a orillas de un río, sentenció que se convirtiese en una enorme montaña, para que el castigo a la desobediencia de ambos jóvenes sirviese de ejemplo a la posteridad. Así, actualmente podemos apreciar a los amantes en eterno reposo: a Nunash como la "Bella Durmiente" en Tingo María, y a Cunyacg como el "Pillco Mozo" (en el cerro Marabamba), a la entrada de Huánuco.
Otra versión de esta leyenda, recogida en Tingo María, cuenta que Cunyacg se convirtió en piedra mientras sus aliados, avisados por Nunash, vencían a los enemigos. Desafortunadamente, Cunyacg no logró retornar después a su forma humana. Nunash, cansada de buscar a su amado por todas partes, se sentó a descansar, cerca de la piedra en la que él se había convertido, quedándose dormida; escuchó entonces la voz de Cunyacg, que le decía: "Mi voluntad fue pedir a los dioses que me convirtiesen en piedra y mi pedido fue concedido. Ahora soy una miserable piedra condenada a permanecer de pie. Si de veras me has querido, deja que te convierta en una hermosa figura de mujer sobre este cerro". Nunash aceptó, quedando desde entonces convertida en la enigmática "Bella Durmiente".
Trucay
Estos cestos (bendecidos por el sacerdote) son entregados al pueblo el último día de la fiesta a las 12 de la noche y los que reciben los presentes se comprometen a colaborar en la fiesta del año siguiente, ya sea con dinero, fuegos pirotécnicos, comida, ropas, etc. También se realiza la despedida de la ayhualla (fiesta) con quema de "castillos", salida de la banda de músicos y pandillas de bailarines por las calles, al son de la cashua.
"Jirca Shogay"
Es un rito costumbrista de los ganaderos de la provincia de Huamalíes, en el que agradecen a los jircas (cerros) por haber cuidado de sus animales, y se celebra con el conteo, esquila y marcación del ganado, Se reúnen dueños, pastores y allegados, quienes toman de sus huallquis (bolsas de cuero), las mejores y más grandes hojas de coca para ofrendarlas al jirca tutelar, depositándolas en alguna hendidura de la tierra o dentro de algún arbusto, junto con un cigarro y una copa de aguardiente. Luego, los participantes pasan la noche masticando la coca, bebiendo aguardiente y fumando. Con ellos se espera un año próspero, con aumento de sus ganados.
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