martes, 21 de octubre de 2014

Junín

El folklore de Junín es uno de los más bellos del país.
La descripción de sus ferias, fiestas, danzas, bailes y artesanías llenaría las páginas de todo un libro, tal es su número, colorido y esplendor.




Ferias

La conocida feria de Huancayo es solamente la más grande de las decenas de ferias que se dan en el departamento, pues las hay en casi todos los pueblos, especialmente en los valles del Mantaro.




Porque la feria parece ser la expresión más completa del espíritu del hombre huanca: alegre, comerciante y emprendedor. El calendario es como para asistir a todas. Por ejemplo, el lunes en Huayucachi y San Agustín de Cajas; el martes en Pucará, Hualhuas y Viques; el miércoles en Jauja y San Jerónimo de Tunán; el jueves en Sicaya, Sapallanga y Orcotuna; el viernes en Aco, Ahuac y Chongos Bajo; el sábado en Chupaca, Matahuasi, Marco y Muquiyauyo y el domingo en Concepción, Jauja, Huancayo, Mito y Huaco, por mencionar algunas.

Están también las fiestas religiosas coloniales que dan nombre a pueblos como San Miguel de Huaripampa, la Natividad de Apata, la Asunción de Matahuasi, la Concepción de Achi, San Jerónimo de Tunán, la Ascensión de Mito, San Francisco de Orcotuna, Santa Ana de Sincos, Todos los Santos de Chongos, Santo Domingo de Sicaya, etc. Un calendario interminable de todos los santos del cielo instalados en los altares dorados de las iglesitas y camposantos de tejas y de barro.


Danzas y bailes

Son muchas las danzas que con entusiasmo y alegría se practican en los pueblos de Junín. Generalmente estas danzas la realizan los gremios de artesanos, tales como los sombrereros, los sastres, los carpinteros, etc. Entre ellas destacan los "negros", la "pachahuara", el "tiril", el "huaylas", la "pandilla", etc.




La "Chonguinada"

Es una de las danzas más atrayentes por la elegancia de su vestuario, colorido y recamado de oro y plata.

El nombre de esta danza, que imita a la cuadrilla y al minué pero rematando en un huayno, parece derivar de Chongos, uno de sus centros de mayor fama. Los hombres llevan generalmente una careta de fina malla de alambre, que caracteriza a un rostro sonrosado de ojos azules. Su música, ceremoniosa, es ejecutada por una orquesta típica huanca.




"Cortamontes"

Son las fiestas más concurridas. Los padrinos, nombrados el año anterior, adquieren elevados árboles y las madrinas se encargan de "vestirlos" los sábados por la noche, con botellas de licor, frutas, zapatos, serpentinas, prendas de vestir y alguna ave de corral.

Esta faena se hace al compás de huaynitos realizados por bandas típicas contratadas especialmente. Al día siguiente los invitados danzan alrededor del árbol portando un hacha. Los padrinos invitan licor y bocadillos hasta que el árbol (el "monte") cae a tierra. Estas fiestas se dan durante los carnavales y las más características se realizan en  Ataura, Muquiyauyo, Marco (Jauja), Hualhuas (Huancayo) y Chupaca.




La "Muliza"

Es una canción seguida de baile y constituye la expresión más fina del sentimiento serrano. Sus versos hablan de la espiritualidad del alma andina, inspirados en sus paisajes y en el encanto de sus mujeres.

El nombre "muliza" tiene orígenes antiguos. Se dice que su marcado ritmo se inspiró en el caminar de las mulas que llevaban los cargamentos de minerales; lo que se sabe con certeza es que está emparentada con la música de la fiesta de "Santiago" o de la marcación del ganado.




La "Tunantada"

Es la danza principal de las fiestas del 20 de enero en Jauja, dedicadas a los patrones San Sebastián y San Fabián (sincretismo cristiano de los señores del trueno y de la lluvia). Los "tunantes" representan a las diferentes clases sociales de la colonia, así como a los numerosos visitantes que venían desde tierras lejanas para curarse en el benigno clima jaujino, por ello, cada personaje de la danza lleva atuendos diferentes.

Las principales figuras son "el español" y "la huanca" (o "la chupaquina"), su amante, chola ostentosa interpretada siempre por hombres disfrazados de mujeres (pues se supone que ninguna jaujina aceptaría representar este papel); "la jaujina", elegantemente vestida y luciendo joyas; los "tucumanos", los "curanderos bolivianos", los "cuzqueños", los "chutos", etc. El centro de atención es el "huatrila", quien al bailar goza burlándose de todo el mundo, hasta de las autoridades presentes.




"Los Avelinos"

En el pueblo de San Jerónimo se baila, cada 30 de setiembre (fiesta patronal), la danza de "los avelinos", personajes que representan a los guerrilleros de las tropas caceristas. Usan una máscara de cuero de venado y su vestimenta consta de un fino terno sobre el cual superponen otro, andrajoso y lleno de parches; calzan ojotas recubiertas de bastante lana y algunos portan mantas, con las cuales torean en la plaza del pueblo.




El "Huaylarsh"

Una danza muy conocida y difundida del valle (y que ha sufrido muchas modificaciones al salir de su contexto rural para convertirse en espectáculo) es el "huaylarsh" o "huaylas". Su origen remoto es la trilla nocturna de los granos (trigo, cebada), tras la cosecha, de allí proviene el fuerte zapateo característico.

La palabra "huaylarsh" designa tanto a la música como a la actividad misma, aunque esta se practica cada vez menos debido a la creciente mecanización de las tareas agrícolas. La danza, en la que intervienen jóvenes de ambos sexos, representa el vistoso galanteo del macho a la hembra del "chihuaco" o zorzal, ave que abunda en esta región.





"Chinchilpos y Gamonales"

El distrito de Huayucachi conserva esta extraña danza donde los "chinchilpos" representan a los pobres y los "gamonales" a la gente adinerada. La coreografía representa una violenta lucha a latigazos por definir la superioridad de alguno de los dos, y por ello llevan vestimentas especiales.




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